Había soportado lo mejor posible los pequeños agravios de Fortunato; pero cuando se atrevió a llegar hasta el ultraje, juré que me vengaría. Vosotros, que conocéis bien mi temperamento, no pensaréis que hice la más ligera amenaza. Algún día me vengaría; eso era definitivo, pero mi decisión excluía cualquier idea de correr el más mínimo riesgo. No solo era necesario castigar, sino castigar con impunidad. No se repara un agravio cuando la reparación se vuelve en contra del justiciero, ni tampoco se repara si el ofensor no siente de quién proviene el castigo.
En el comienzo de Apocalipsis Z de Manel Loureiro, la historia se abre con un breve vistazo a la vida de un lagarto en el inhóspito desierto del Sahara occidental, interrumpida por el paso de un helicóptero que transporta a un grupo de supervivientes. Uno de ellos es un abogado español, antes atrapado en la monotonía tras la muerte de su esposa. A través de sus ojos, se revela el desencadenamiento de un apocalipsis mundial causado por un virus letal, liberado accidentalmente en una base soviética abandonada.
Aire Frío es un relato clásico de terror escrito por H.P. Lovecraft, publicado originalmente en 1928. En esta historia, el autor combina elementos de horror corporal y suspenso con una atmósfera intensamente opresiva, para narrar la desesperada lucha de un hombre contra las leyes naturales de la muerte y la descomposición. La historia está ambientada en Nueva York, y es un ejemplo claro del enfoque racionalista y científico que Lovecraft aplicó a sus relatos de terror, haciendo que el horror se convierta en algo tan tangible como lo son los mecanismos científicos que el protagonista usa para desafiarlo.
"Calor de agosto" es un relato breve de terror psicológico que explora temas de destino, premonición y la inevitabilidad de la muerte. El autor, William Fryer Harvey, construye una atmósfera de suspenso y angustia a través del encuentro entre James Clarence Withencroft, un artista, y Charles Atkinson, un tallador de lápidas, en una sofocante tarde de agosto.
Publicado por primera vez en 1845, "La Verdad Sobre el Caso del Señor Valdemar" es uno de los relatos más inquietantes y visceralmente efectivos de Edgar Allan Poe. A primera vista, se presenta como un informe pseudo-científico, un testimonio fáctico destinado a aclarar la "versión tan espuria como exagerada" que circula entre el público. Sin embargo, esta fachada de objetividad y racionalismo es precisamente el vehículo que Poe utiliza para conducir al lector a un abismo de horror cósmico y físico, explorando los límites de la ciencia, la naturaleza de la conciencia y la profanación de la frontera más sagrada: la que separa la vida de la muerte. La genialidad del cuento no reside únicamente en su impactante clímax, sino en la meticulosa construcción de una atmósfera donde la lógica y lo inexplicable colisionan de forma catastrófica.