El Susurro de la Oscuridad

No tengas miedo, susurró el abuelo mientras encendía la chimenea. Era una noche fría y oscura, perfecta para contar una historia de terror. Los nietos, sentados en el suelo frente a él, miraron con expectación. El abuelo se acomodó en su silla y comenzó a relatar:

"Hace muchos años, en un pequeño pueblo rodeado de espesos bosques, vivía una familia conocida por su valentía y coraje. Los habitantes del lugar decían que los miembros de esa familia no temían a nada, ni siquiera a los misteriosos sucesos que ocurrían en los alrededores.

Una noche, el hijo menor de la familia, Lucas, decidió desafiar su reputación y se adentró en el bosque prohibido. La luna brillaba débilmente entre las ramas de los árboles, arrojando sombras siniestras en su camino. A medida que avanzaba, Lucas sentía cómo el aire se volvía más denso y oscuro. Pero recordando las palabras de su abuelo, continuó sin temor.

De repente, comenzó a escuchar unos susurros que parecían surgir de todas partes. Los árboles parecían susurrarle secretos oscuros y las hojas crujían bajo sus pies, como si quisieran advertirle del peligro que se avecinaba. Pero Lucas, terco como era, decidió ignorar las advertencias y continuar su camino.

Caminó y caminó hasta que finalmente llegó a una pequeña cabaña abandonada. Parecía haber sido consumida por el tiempo y la maleza, pero Lucas no se dejó intimidar. Entró con cautela y se encontró con una sala polvorienta y llena de objetos olvidados. Pero lo más escalofriante fue lo que encontró en la pared: un antiguo retrato que parecía mirarlo fijamente, con ojos vacíos pero penetrantes.

Justo en ese momento, la puerta se cerró de golpe detrás de él. El corazón de Lucas se aceleró y una sensación de pánico se apoderó de su cuerpo. Intentó abrir la puerta, pero estaba atrapado. Entonces, una voz siniestra resonó en la habitación, diciendo: 'Bienvenido, Lucas, has caído en mi trampa'.

La cabaña comenzó a temblar y las sombras cobraron vida, retorciéndose y deslizándose por las paredes. Lucas se encontró rodeado de una oscuridad abrumadora y aterradora. La voz continúo: 'Aquí es donde termina tu valentía. Aquí es donde descubrirás el verdadero significado del miedo'.

Lucas luchó por escapar, pero parecía estar atrapado en una pesadilla interminable. Los objetos de la cabaña se transformaban en monstruos horribles y las sombras se alargaban, acechándolo. El miedo lo consumía lentamente, hasta que ya no pudo soportarlo más.

De repente, la puerta se abrió de par en par y la luz de la luna iluminó la sala. Lucas cayó al suelo, agotado y temblando. Miró hacia arriba y vio a su abuelo parado en el umbral, con una expresión de alivio en su rostro. 'Te dije que no tuvieras miedo, pero también debes aprender a respetar los límites', dijo el abuelo con una voz suave pero firme.

Lucas se dio cuenta de que había aprendido una valiosa lección esa noche. La valentía no significaba ignorar el miedo, sino enfrentarlo con precaución y sabiduría. Desde ese día, nunca más desafió los límites del bosque prohibido, pero el recuerdo de esa experiencia lo acompañaría toda su vida, recordándole que el miedo siempre estaba presente, pero podía ser superado con la fuerza interior correcta."

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